9 de diciembre de 2011

Hago todo lo que hago EN VANO.
Pienso todo lo que pienso EN VANO.
Sueño todo lo que sueño EN VANO.
Cambio todo lo que cambio EN VANO.
Siento todo lo que siento EN VANO.
LLegué a un punto de saturación máxima... supuestamente ésta es la parte en la que todo empieza a descomrpimirse y empieza a liberarse la presión del día a día, pero hace semanas que estoy cayendo cada vez más bajo, tocando fondo con más profundidad. Debería importarme muy poco todo esto, y no hacerme tanta mala sangre, porque las consecuencias físicas que ésto conlleva son bastante molestas. Desde problemas en la piel a causa de los nervios, a acidez, gastritis, problemas para dormir, cansancio casi en forma permanente... en fin.
Vuelvo a caer, sin poder remontar. Vuelvo a sentir todo el peso de la tristeza y la decepción que cargo día a día. Vuelvo a sentirme una cosa inanimada, vuelvo a sentirme sola en medio de mucha gente... vuelvo... pero un día quisiera no volver. Irme lejos de todos y todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario