26 de marzo de 2012


Valentino:

Demasiado es lo que esperé para verte aparecer... demasiado soñaba con poder tenerte, demasiado deseé poder abrazarte, y hasta escucharte llorar.
¿Qué puedo decir? Llegaste y TODO cambió, llegaste y pusiste un paño frío a mi vida, me tranquilizaste, me calmaste, me hiciste sentirme FELIZ de despertarme todos los días.
Nunca creí amarte tanto, y sin embargo no puedo hacer otra cosa... no me sale hacer o sentir otra cosa. Doy la vida si es necesario por verte bien...
Iluminaste mi existencia, pequeño angelito dormilón. Sí, soy feliz y jamás imaginé que alguien tan chiquito como vos pudiera lograr eso en mí. Gracias a tu linda presencia.
Llegaste un día en que yo intentaba salir del pozo, y verte por primera vez, además de ser amor a primera vista, fue la salvación. Finalmente comprendí que el dolor que pasé fue necesario para poder conocerte algún día... y febrero se prestó para tu llegada.
Horitas tenías de nacido cuando pude tenerte en mis brazos, horitas tenías de nacido cuando escuché por primera vez tu llanto... horitas tenías de nacido para sacarme de la rutina ordinaria y agotadora que me marcaba el paso.
Tan chiquito, tan rosado, tan tierno, tan Valentino... Toda una obra de arte, tan lleno de amor, de necesidades, de pequeñez...
Ya me cumpliste un mes, y soy la chica más feliz cuando puedo tenerte en brazos, hablarte, que me mires, de vez en cuando de que me tires alguna sonrisa... Que te tranquilices cuando te hamaco, que te duermas mientras te canto...
Gracias, Valentino, MI Valentino, mi hermoso chiquitito especial... mi enano dormilón, mi única razón de ser.
Te amo con todo lo que soy, lo que doy y siento. Te amo, Tiki, no lo olvides, y ojalá tuvieras conciencia para comprender este amor que te tengo. Sos TODO.
Te AMO, demasiado. Tu prima, Osi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario