-¿Cuándo volveré a verte?- exclamó precipitada, muerta de curiosidad por saber cuando se repetirá tal encuentro.

-No te preocupes, ya nos estaremos viendo pronto- dijo él, mirándola profundamente a los ojos, y tomándola entre sus brazos.

-¿Me amas?- dijo mirando al suelo.

-¿Qué te hace dudar? Jamás dejé de hacerlo... ni la distancia lo ha logrado aún-

-¿Entonces realmente me amas?- dijo ella con lágrimas en los ojos.

-Definitivamente... como a nadie en este mundo.

Se abrazaron los dos, jurando amarse por toda la eternidad, bajo el sol cálido de una tarde de otoño.

Ella lo miró a los ojos y le dijo: -Te amo-

Él la miró a los ojos y le dijo: -Para siempre, por siempre te amaré-

Un último beso selló ese momento y cada uno tomó su camino.

La tarde estaba tranquila en la plaza de la cuidad, la gente iba y venía. La última imagen que ella vio fue la mirada de su amado; recordó con los ojos cerrados cada palabra que él dijo y luego no recordó nada más.

Cuando abrió los ojos no existía esa plaza, ni esa cuidad, ni ese encuentro.

¿Soñar despertando o Despertar soñando?